Hay varios aspectos que condicionan el consumo energético de un edificio: la forma y orientación, los materiales, las instalaciones, el clima, el entorno, los usuarios y la gestión. Cuando se quiere reducir el consumo de energía de un edificio es muy habitual centrarse en la piel del edificio y / o en las instalaciones, pero el uso y gestión del edificio también son aspectos fundamentales para conseguir un ahorro importante en el consumo de recursos.