La estrategia más conocida de ahorro energético es cambiar las lámparas por modelos más eficientes. Donde tenemos una bombilla incandescente el cambio a un fluorescente compacto es sencillo, y en determinadas ocasiones unos LEDs también pueden ser adecuados. Pero podemos cambiar todos los fluorescentes de una oficina para LEDs? ¿Qué otras acciones de ahorro podemos considerar?